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El Náufrago Cosmopolita

Ciudades ideales II

Ciudades ideales II De nuevo escucho a Gotzone Mora, con esa lucidez suya un tanto desasosegante. Hablamos del nuevo estado de cosas que definen el mundo hoy, al que ella y unos cuantos teóricos (Giddens, Castells) se refieren como el nuevo paradigma. Estados Unidos: el mejor país para analizar ese paradigma.
¿De qué habla el nuevo paradigma? Tiene que ver con la globalización, comunicada fluidamente en red (“sociedad red”, dice Castells), con el desarrollo tecnológico, con la desaparición de las tradiciones, de las culturas comunales, con los cambios en las relaciones humanas, con la precariedad del trabajo, que ahora se llama empleo, y se puede hacer por horas contratadas.

El capitalismo neoliberal que emana Estados Unidos se contagia al resto del mundo, como las enfermedades venéreas. “Tanto produces, tanto vales”, podría ser el nuevo lema de campaña de Bush o Kerry, un concepto eficaz —porque el capitalismo es el mejor modelo de eficacia—, para aumentar el PIB, y también la angustia, banda sonora del nuevo paradigma (los laboratorios ya lo saben).

Hoy es más barato viajar en avión. Todo el mundo viaja en avión. Como esquiar, que ya no es sólo un deporte para niños ricos monegascos. Precisamente estuve en Londres este fin de semana, gracias a Easyjet.com y a una prima mía que me alojó en su agradable piso.
Paseando por ese Londres globalizado que ya no es pragmático sino más bien paradigmático, como vamos viendo, también yo me sentí levemente oprimido un rato, puede que por el exceso de nooddles con sweet spicy chicken. Puede que también por notar que los ingleses, esos ingleses que veíamos en los libros de Sandy & Sue de la EGB, eran más exóticos que todo el sushi morawasi que nadie sea capaz de digerir en el sitio más cool del Soho. Y es que, no creáis otra cosa, la cristalización de las comunidades da miedo, cuando se ve desde la planta descapotable de uno rojo autobús turístico y descapotable. Sólo al final del week-end, cuando mi compañera y yo nos montamos en un taxi, vi a uno, un verdadero inglés, flemático taxista. Pensé en hacerle una foto, pero no tenía batería.
Hice otras fotos, como ésta de este edificio pepinimorfo que ha hecho levantar el abilbainado Norman Foster.

Londres. Bilbao. Noodles o txikitos. ¿Okupas o sistema? Ese es el dilema. Si uno se opone al paradigma globalizador capitalista y angustioso ¿con qué se queda? ¿Con el comunismo? ¿El nacionalismo? ¿El fundamentalismo islámico? ¿El alcoholismo? ¿El zapping? La familia, los amigos, podrían ser quizá una opción. Javier Reverte, que ha viajado, así me planteaba el otro día.

2 comentarios

Pollito de California -

Estimado contertulio,

Despues de ver "Que verde era mi valle" de John Ford y plantarme en diez minutos en el Oceano Pacifico por la "freeway" numero 10 para contemplar el atardecer, entiendo lo que dices, pero me gustaria saber que es lo que piensas una vez visites esta parte del mundo globalizado (si crees haber visto mestizaje...te asustaras aqui) y ver lo que escribes despues de que vayamos a la India juntos. Ambas invitaciones quedan abiertas.

Pedegryd -

Querido Eduardo, creo que deberías matizar un poco a la hora de hablar de globalización. Por supuesto que hay que desterrarla en lo que a economía se refiere, pero no olvides que la globalización ha permitido que miles de personas tengan acceso a la educación y a la cultura.
En absoluto me parece negativo el hecho de que viajes a Londres y veas a indios conviviendo con "inglesitos pálidos" o a mulatillos fruto de una unión nada vergonzosa entre personas de distinta raza o ideología, gracias a los económicos precios de easyjet.Hay cientos de personas que pueden acceder a la información, y a páginas web como la tuya con el fin de participar en tu foro; pueden admirar un Picasso en Nueva York o un Van Gogh en Bilbao. Eso me parece realmente maravilloso. Obviamente, la globalización económica hace que los probres sean cada vez más pobres y los ricos más hijos de...., pero no me pongas el ejemplo del mestizaje inglés chaval. Además, no estaría mal que los británicos aprendieran un poco de otras culturas, que falta les hace.