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El Náufrago Cosmopolita

Opiniones y paradojas

Opiniones y paradojas “En Bilbao, como todo en todo el País Vasco, echan más chispa las chimeneas que el espíritu de los hombres.” Esto lo decía Pío Baroja en 1918, con ese resentimiento tan suyo hacia todo aquello que no le había tratado bien en la vida. Porque nunca se sintió del todo cómodo en su Vasconia natal, basta coger sentencias como ésta de 1904 en la que describe a sus paisanos: “silenciosos, antisociales, los vascos cuando quieren entenderse con los demás cantan”. (Pío Baroja, Opiniones y Paradojas, Prólogo y Selección de Miguel Sánchez-Ostiz, Tusquets Editores, 2000).

Esta contundencia no es, tampoco, un método eficaz de socialización. Y es que la vida social de don Pío fue escueta, dicen. A Azorín lo consideraba un “excelente amigo”, cosa extravagante en él. Su vida amorosa se ve que, simplemente, no fue. Hay que ser barojianos. Y antibarojianos.

En el País Vasco ya no hay tantas chimeneas. Yo veo un espíritu cosmopolita en Bilbao. Veo a Philippe Starck diseñando los interiores de la Alhóndiga, que quiere hacer un “edificio con la elegancia de la inteligencia y la belleza de la felicidad”. (Se podrían alterar los cuatro conceptos y la cita seguiría siendo atractiva.) Veo un caleidoscopio a tamaño real, un videoclip personalizado, un viaje alucinógeno con el abrigo puesto y los zapatos húmedos, un chorreo colorido, en los cubos del iluminado japonés. (Al lado del Guggenheim, euro y medio la entrada.)

Recuerdo una frase de promoción del canal de tv de los 40 Principales: “si siempre sigues a los demás nunca les adelantarás”. Y salía un coche persiguiendo a otro en una pista de Scalextrix. Pamplona, Vitoria, Logroño, con sus Baluartes, Artiums y bodegas diseñadas por Frank Gehry se arrebujan en esa comodidad del “que invente otro” y van tejiendo su Historia silenciosa de provincias, de humo cerrado, que diría ése. Siguen la estela vanguardista del de al lado, y para cuando la asumen, ya es menos vanguardia. El provincianismo florece cuando se es demasiado consciente de lo correcto, demasiado cuerdo, demasiado sensato, demasiado apropiado, recatado, moderado, demasiado equilibrado.
Baroja no fue demasiado de nada de eso, como nos muestran sus “opiniones y paradojas” y así alcanzó cierta universalidad. Como Unamuno, del que dijo por cierto: “era el aldeano que sale del terruño y se hace rabiosamente ciudadano y adopta todos sus hábitos y procedimientos”. (Parece que se trate de ser el menos aldeano...)
No se debe intentar contentar, agradar, a todos por principio. Baroja lo sabía, y lo llevó al extremo, lo practicó a tumba abierta. ¿Hay a que llegar tan lejos? No sé. Como novelista, llegó a ser considerado “la novela”, eso sí.
Dejemos a Baroja en la estantería.
Hoy Bilbao es “la ciudad” del norte.

3 comentarios

Perroantonio -

Lo más cosmopolita de Bilbao son sus inmigrantes. Y el dinero de sus bancos. Y el BEC! Y la riada de turistas que nutren las arcas de la Fundación Guggenheim. Son ellos los que salvan a la ciudad del ensimismamiento de las boinas paradójicas, de los asadores, de la merluza en salsa y el bacalao al pil-pil, de los monumentos a los fundadores racistas, del Athletic, la amatxo de Begoña, las alubias de Tolosa y los pimientos de Guernica. Bilbao es una ciudad sin intelectuales que rinde un mísero tributo anual a sus escasos hijos memorables: Unamuno, Blas de Otero, Gabriel Aresti. Al resto los ignora. Al cosmopolitismo de Bilbao siempre le acecha el peligro conformista y grasiento de una gigantesca boina agazapada. No le den la espalda.

ben -

indignado: ya ves que no se te borra, no creo que sea an liberal: yo lo veo más cercano a prisa, y eso tampoco es tan bueno. yo soy de el diario vasco, el abc e informativos telecinco

indignado -

un weblog que elimina los mensajes que no gustan? no se puede criticar nada? sólo nos dejan aplaudir el 'arte' literario del autor, hacerle reverencias y ponernos a los pies de su señora? no se puede criticar. muy liberal, sí señor, muy liberal (de la escuela de gotzone mora, se nota)